Matías Burstein y Patricio Fiaschi son ingenieros industriales, emprendedores y los orgullosos socios creadores de estos colchones. Las claves de su éxito.
Dicen los que saben que el principio de dar con un emprendimiento o idea que crezca y sea exitosa es poder ver el "nicho" para cubrir una necesidad en los tiempos que corren. Una mirada que implica estudiar el mercado, y por supuesto conocer y tener la capacidad de desarrollo respecto a lo que se desea ver crecer.
Por ello, "Calm", la marca de colchones de Matías Burstein y Patricio Fiaschi resultó un empredimiento que supo saber ver una "necesidad".
Se trata de una marca innovadora para el mercado argentino que se propuso que comprar colchones en el país, dejara de ser un trámite engorroso e incierto, y pasara a convertirse en un placer. Con una facturación 8 millones de pesos en 3 meses, los jóvenes entendieron todo.
Un colchón de posibilidades
"La industria del sueño es la misma desde hace años, no se renovó, y el público de entre 20 y 30 años no se siente identificado con ninguna marca" cuenta Matías, que tras haber sido Gerente Comercial de una importante empresa de venta online se dio cuenta de que los colchones no tenían una buena experiencia de compra, entre otras cosas, porque le implicaban a la gente llegar a extremos como tener que pedirse el día en el trabajo para poder recibirlos en su casa.
Todo el camino de descubrimiento se dio cuando Matías se dio cuenta de que en otros países existía un modelo, que él llama "el UBER de los colchones". El mismo mejoraba notablemente la experiencia de los usuarios, y contaba con 3 puntos fundamentales: entregarlos en el menor tiempo posible; en un formato práctico y ameno (los de Calm vienen sellados al vacío dentro de una caja relativamente chica y se expanden una vez abiertos); y que le permitiera a la gente probarlos para darse cuenta de si les gustaban o no, "porque el colchón se prueba durmiendo, no en 5 minutos en un local", analiza.
"Así, llegaron a una premisa que los caracteriza y que los volvió únicos: una vez que compras un colchón Calm, tenés 30 días para testearlo, y si finalmente no te gusta, podés devolverlo y recibir un reembolso. Como si eso fuera poco, los colchones devueltos se donan a la Fundación Sí", contaron.
La rentabilidad
En los 3 meses de vida del emprendimiento (que lanzó el 4 de noviembre de 2019, en pleno Cyber Monday) vendieron 450 colchones y sólo tuvieron un 1% de devoluciones. La clave para esto es contar con un producto de excelencia, que pase previamente por un riguroso control de calidad. En Calm tienen un único modelo de colchón, que viene en tres medidas (una plaza, dos plazas y queen) y que desarrollaron en una fábrica del interior del país con mucha experiencia en el rubro. Luego de leer muchos informes de traumatólogos, aprendieron que hay un modelo de colchón que se adapta al 99 por ciento de las personas, y que justamente lo que tiene que ofrecer es la posibilidad de alinear la columna y dejarla recta, por lo que no tiene que ser ni muy duro ni muy blando.
"El consumidor se marea mucho con la oferta que existe, y no termina entendiendo qué es lo que compra" cuenta Matías, al tiempo que explica que así llegaron a desarrollar un colchón 100 por ciento de industria nacional, que se hace con dos capas: una de 20 cm de espuma de alta densidad y otra de 2 cm que se llama "soft" y que es precisamente la que se adapta a las curvas de la espalda. Para 2020 prometen dos nuevas medidas: una plaza y media y King size.
En consonancia con esto, desde el sitio medicosypacientes.com un estudio sostiene que "en contra de la creencia popular, un colchón de firmeza intermedia es mejor que uno muy firme para los pacientes con dolor lumbar; mejora más del doble este dolor en la cama y al levantarse, reduce el grado de discapacidad". Así el ensayo clínico aleatorizado desarrollado en España y publicado por Lancet, sostuvo que usar un colchón de firmeza intermedia tuvo un efecto mayor que varios tratamientos médicos, y permitió reducir o abandonar el tratamiento farmacológico a un porcentaje significativo de pacientes.
"Los dos buscamos la innovación y la disrrupción, y en Calm lo encontramos" sentencian Matías y Patricio, al tiempo que encaran la confección de nuevos productos de la marca para el año que viene.
Una apuesta bien pensada en cada detalle.
Foto emprendedores: Fuente La Nación
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